El color gris de la arena sobre la que se asienta Lomo de Corvina, en Villa El Salvador, contrasta con las risas y cantos de los niños y niñas que todos los martes y miércoles se reúnen en el sector Juan Pablo II de esta zona de Lima.
Ellos forman parte de un proceso de organización emprendido por el Instituto de Formación para Adolescentes y Niños Trabajadores (INFANT), en asociación con el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE), para empoderarlos en el conocimiento de sus derechos.
Desde las tres de la tarde, ellos llegan al local comunal para esperar a Yesenia, Lisandro y Percy, colaboradores de INFANT, que mediante juegos y dinámicas les enseñan a trabajar en equipo y a organizarse.
Yamilé – 6 años«Me gusta venir porque me enseñan cosas divertidas y a llevarnos bien con todos. Hemos pintado con témperas. También cantamos y nos reímos juntos con los títeres», cuenta Yamilé (6), quien vive en la casa al lado del local comunal.
En la puerta del lugar de reunión, los niños y niñas los esperan mientras juegan y ni bien los ven acercarse, corren hacia ellos muy alegres y los abrazan. Luego ingresan y se sientan formando un círculo. En seguida Percy y Lisandro sacan de sus mochilas la guitarra y una armónica y comienzan a tocar las melodías. Junto con Yesenia entonan la canción característica creada para Lomo de Corvina: «En el lomito de corvinita, niños y niñas se organizan. Con mucha fuerza piden justicia…».
AdríanLos niños cantan con voz fuerte y ya en confianza, Yesenia les pregunta cómo les fue en el día. Algunos hablan, otros no, pero en general sus risas y ocurrencias son la mejor señal de lo bien que pasan la tarde. Luego que cantan juntos, los colaboradores empiezan la tarea de enseñarles la importancia de la organización, normas de convivencia y la importancia de hacer respetar sus derechos.
«Nos tratan bien a todos, es divertido cuando nos reunimos y vamos aprendiendo a llevarnos bien a pesar de las diferencias que puedan surgir. Estamos aprendiendo normas de convivencia y a trabajar en equipo. Por eso ni bien salgo del colegio llego a mi casa, almuerzo, hago mi tarea, me alisto y vengo», cuenta Adrián, en cuyas propias palabrassu vida ha cambiado porque si bien antes no tenía muchos amigos, ahora sí cuenta con muchos, y toda la energía que tienen todos juntos convierte a Lomo de Corvina en un oasis de alegría.
Cuando la reunión va llegando a su fin, Lisandro les cuenta a los pequeños lo que harán en la próxima jornada, y poco a poco los niños se retiran con la alegría de saber que pronto volverán a juntarse en el local comunal para reír, cantar y seguir aprendiendo mediante el uso de témperas y pinceles.
Lisandro y Percy – Colaboradores de INFANTAsí, el árido terreno de Lomo de Corvina se ve alimentado por las risas, sueños y sentimientos de ellos, sus pequeños habitantes, quienes van sentando las bases para una mejor convivencia entre todos y alcanzar juntos las metas que se tracen para sus vidas.
Niñas de Lomo de Corvina, Villa el Salvador
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PRENSA INFANT