Para los niños trabajadores, la historia de Nagayama, es la historia de un hombre que volvió a escribir su historia, que se resitió a que su vida se desvaneciera sin sentido. Nagayama, encontró en ellos, los niños y adolescentes trabajadores y su organización, la posibilidad de renovar la espranza y fraternidad como elementos esenciales de la condición humana. El valoró en la organización de niños su potencial para encontrarse con el otro y para crear lazos de humanidad que construyan y den fuerza a los niños, y que los preserven de situaciones de olvido y exclusión, como las que lo llevaron a caer en la deshumanización. Los niños trabajadores organizados del MNNATSOP (Movimiento Nacional de Niños y Adolescentes Trabajadores Organizados del Perú), decidieron destinar los fondos a su formación, tal como Nagayama lo hubiera querido. Es así que su Instituto de Formación el INFANT «Nagayama Norio», lleva su nombre como un homenaje, un mensaje y una inspiración.